De una manera espontánea, natural, surge en nosotros el deseo de tratar a la Madre de Dios,que es tambien Madre nuestra. De tratarla como se trata a una persona viva: porque sobre Ella no ha triunfado la muerte, sino que está en cuerpo y alma junto a Dios Padre, junto a su Hijo, junto al Espírítu Santo.
Hermosas palabras de una amiga...
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