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domingo, 7 de abril de 2013

Fiesta de la Divina Misericordia



Hoy, en la fiesta de la Divina Misericordia, Cristo nos ofrece por medio de la Iglesia una joya inconmesurable: la indulgencia plenaria.
Para ganar una indulgencia plenaria, además de querer evitar cualquier pecado mortal o venial, hace falta rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia cumpliendo tres condiciones:

-Confesión sacramental (puede ser hecha 8 días antes o después)
-Comunión Eucarística
-Oración por las intenciones del Papa

Para entender mejor lo que es el pecado y culpa, podemos poner un sencillo ejemplo. 
El pecado es como un clavo que penetra en la madera. La confesión saca el clavo, pero deja un agujerito en la madera. La Iglesia nos dice que ese 'agujero' (culpa) se ha de pagar en esta vida o en el purgatorio. La indulgencia plenaria es como el resanador que tapa el agujero y deja la madera como nueva.

¿Nos damos cuenta de lo que la indulgencia plenaria hace en nuestra alma? Esto significa que si recibes la INDULGENCIA PLENARIA (perdón de todas las culpas) estarás como recién bautizado, con el alma totalmente limpia de culpa. Si mueres acabando de recibir la indulgencia plenaria, irás al cielo directo sin hacer escala en el Purgatorio. 

A partir de la indulgencia todas las manchas que tenía tu alma desaparecerán. ¡Borrón y cuenta nueva! Es muy importante reflexionar: esto solo es posible porque la MISERICORDIA de Dios es infinita y porque su AMOR hacia nosotros también es infinito, no porque nosotros lo ganemos por nuestros méritos.

Demos gracias a Dios, corramos a recibir el regalo que nace del Corazón misericordioso de Cristo y alabemos por toda la eternidad la misericordia infinita de Jesús diciendo: "Oh, Sangre y Agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, confío en Ti".

"Jesús, confío en ti."

Alejandro María


1 comentario:

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