En el ultimo lugar de la fila había un sacerdote, el mas humilde del convento, que nunca habia aprendido los sabios textos de la época. Sus padres eran personas simples, que trabajaban en un viejo circo de los alrededores, y todo lo que le habían enseñado era lanzar bolas al aire haciendo malabares.
Cuando llegó su turno, los otros sacerdotes quisieron terminar los homenajes, por que el antiguo malabarista no tendría nada importante que demostrar o hacer, y podía desacreditar la imagen del convento. Pero en el fondo de su corazón, el sentía una inmensa necesidad de dar algo de si a Jesús y a la Virgen Maria.
Avergonzado, sintiendo sobre si misma la mirada reprobatoria de sus hermanos, saco algunas naranjas de su bolsa y comenzó a tirarlas hacia el aira haciendo malabarismos, que era lo único que sabía hacer.
Fue en ese instante cuando el Niño Jesús sonrió y comenzó a aplaudir en el regazo de Nuestra Señora. Y fue hacia el quien la Virgen extendió los brazos para dejarle que sostuviera un poco al niño.
Paulo Coelhohttp://www.taringa.net/posts/arte/12807901/Una-historia-de-Paulo-Coelho.html

Hola, tiene un bonito blog.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Rosario,... bienvenida!...Gracias por tu comentario. Un gran abrazo desde Paraguay
EliminarHOLA !!! paz y bien !!! Vainillitas que hermoso y bendito lo que nos comparten !!!! graciassssssssssssssssssssssssssssssss !!! ♥ ♥ ♥ *
ResponderEliminarSiempre lo hacen !!!!
Un abrazo de corazòn a corazòn a todas las vainillitas ♥ ♥ ♫ ☼ ♥ *
Què Dios y la Virgencita las bendigan en cada amanecer !!
Paz y Bien ♥ *