
Ser tomado en serio cuando hablo. Convertirme en el centro de la atención al que todos le quieren escuchar sin interrumpir ni cuestionarle.
Y tener la compañía de mi papá y de mi mamá cuando lleguen a casa aunque estén cansados del trabajo.
Y que me busquen cuando estén solos.
Y que mis hermanos se peleen por estar conmigo...
Y que pueda divertirlos a todos, aunque a veces no les diga nada. Quisiera vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos momentos a mi lado.
Señor, no te pido mucho. Sólo vivir como vive cualquier televisor...
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