Alguien que yo
quiero mucho me dijo que si yo sabía lo que eran y significaban las manos, cuando
escuchó mi teórica respuesta, sonriendo me dijo: "y mucho más".
Me quedé un poco perpleja sin saber a dónde quería llegar y entonces dijo:
"Cuando llegamos al mundo, nuestro primer contacto es con un par de manos suaves que
nos reciben en el regazo de nuestra mamá.
Las manos son las palabras del corazón. Aman, odian, toman o dan, golpean o acarician.
Las manos de una madre, por ejemplo, calman el dolor de la caída al correr, secan las
lágrimas después de un reto.
Ellas son la mas fiel expresión del corazón cuando acompañan tus labios al tirar un
beso a lo lejos, cuando con increíbles caricias hacen brotar de una guitarra las mas
bellas melodías. En el amor las manos acarician, suaves y curiosas, para descubrir la
belleza del compartir. Aman sin sonidos, sin miradas. Abiertas sólo te ofrecen y cerradas
no quieren dar.
Están las manos que nos dan protección, las que modelando crean arte, las que amasando
nos alimentan con pan. Las que curan llenas de amor. Las manos son expresión del amor, el
corazón en franca conversación, cuando se trata de dedos. Las manos marcan y guían el
camino como la brújula. Están las que pueden leer, porque no ven, o las que hablan sin
voz".
Dame tu mano y tendrás mi corazón. Toma mi mano y tan solo sírvete de ella lo que
quieras.
Imagínense queridos hermanos si eso es lo que pueden hacer las manos humanas, ¡qué no
harán las manos de Dios que nos ha creado con tanta perfección con sus manos benditas!
¡AGÁRRATE FUERTEMENTE DE LA MANO DE DIOS Y TE SENTIRAS SEGURO, PROTEGIDO Y AMADO!
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