Madre de San Agustín
Santa Mónica, que, muy joven todavía, fue dada en matrimonio a Patricio, del que tuvo hijos, entre los cuales se cuenta a Agustín, por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios. Al tiempo de partir para África, ardiendo en deseos de la vida celestial, murió en la ciudad de Ostia del Tíber (387)
Dios de bondad,
consolador de los que lloran, tú que, lleno
de compasión,
acogiste las lágrimas que santa Mónica derramaba pidiendo la
conversión de su hijo Agustín,
concédenos, por la intercesión de ambos,
el
arrepentimiento sincero de nuestros pecados y la gracia de tu perdón.
Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén
.
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