Las cosas no surgen por azar, con frecuencia somos nosotros los que intentamos encontrar la razón de las cosas en lo que cada día experimentamos.
No podemos engañarnos a nosotros mismos pensando que los acontecimientos que vivimos no tienen una razón de ser.
Todo tiene sentido cuando lo miramos desde la verdad más profunda que albergamos en nuestro interior.
Provocar situaciones que no nos llevan a ningún sitio no deja de ser algo ilógico cargado de sin sentido.
Las cosas importantes de nuestra vida suceden siempre por alguna razón, aunque a veces no lo entendamos.
Jugar al escondite de aquello que somos no conduce a nada, sin embargo, acoger nuestro específico momento desde la fe y la verdad, aunque suponga sufrimiento y dolor, puede llevarnos a esa claridad que buscamos.
No dejemos lo importante al azar, decidamos lo que queremos vivir y afrontemos con valentía el riesgo que supone optar por aquello que somos y creemos.
http://reflejosdeluz11.blogspot.com/
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